Productores, cantautores, colaboradores: un artista de renombre siempre incluye muchos cocineros en la cocina musical, y entre más pop escuches, sus ingredientes se hacen más visibles. Pero lo bello de Pink --y la razón por la que ella bien es lo más real del pop en el mundo-- es que su propio caldo es lo suficientemente fuerte para abrumar los otros condimentos.
En su quinto álbum, la intérprete de éxitos multiplatinos ataca su reciente divorcio en todos los estilos: con el desprecio del punk rock ("So What"), con un himno country ("Mean") y una súplica sangrante en "Please Don't Leave Me", su más bella canción hasta la fecha. También hay una pieza acompañante al mega hit del 2001 "Get the Party Started" ("Bad Influence") y una colaboración con Tony Kanal de No Doubt ("Funhouse") que une un asunto áspero con un bajo muy disco.
6 nov 2008
Pink: pop de verdad
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